Una Bruja en Bikini (2022), novela de María Eugenia Paz y Miño

El Lado Oscuro de las Ceremonias con Enteógenos

Adrián Guerra

5/23/20243 min read

Es el atardecer perfecto. Y coincide que en dos días más es el cierre del ciclo en el Sincronario de las 13 Lunas. Un giro he completado. Me siento galaxia. He descubierto en mis recuerdos el significado del amor, de la sexualidad, del arrebato místico, que me trajo a estas tierras por primera vez, en mi primera vida, cuando el amor de Manolo me daba una bofetada en el corazón.

Leer una novela y sentir que en cualquier momento -en una de las escenas- podrías tú mismo aparecer es realmente apasionante.

Eso fue lo que sentí al surcar las páginas de Una Bruja en Bikini (2022), libro de María Eugenia Paz y Miño, escritora y antropóloga ecuatoriana, quien gratamente me impresionó cuando la conocí el año 2018 en Montañita, por su experticia en matemáticas precolombinas.

Recuerdo aún su pintoresco oráculo maya, a través del cual me reveló mi destino (que según la cuenta de Argüelles) era el de Mano Eléctrica Azul (sello que alude al servicio de sanación, a nivel individual y/o colectivo). Esta breve lectura me alentó a explorar la cosmovisión maya y de otros pueblos de nuestro continente, pero además me llevó a cuajar mi destino de sanación, con mi horizonte profesional de biólogo, poeta, educador, sin estudios formales en psicología o medicina (aunque con conocimiento autodidacta).

Pero, bueno, más allá de ese camino que he venido fraguando y del agradecimiento que siento hacia María Eugenia, quiero comentar un solo aspecto de su libro.

Y es que, partiendo de lo que podría haber sido una interesante etnografía sobre la vida louca en Montañita (con sus fiestas populares y costumbres -algunas de ellas, vinculadas al New Age, por supuesto-), María Eugenia plasma un lienzo de recuerdos que la atrajeron a esta playa para sanar(se).

Y entre esos recuerdos -como bien lo señala la contraportada- aparecen escenas de personas que “utilizan el chamanismo para su propio beneficio”. Me permito compartir con ustedes, por tanto, un fragmento que nos lleva a reflexionar sobre este lado no tan luminoso de algunos entornos ceremoniales. ¡Estemos atentos y caminemos con cuidado! ¡Esto no es sencillamente un invento o una ficción!

"Para ver si se arreglaban las cosas con Manolo, decidí ir por mi cuenta a una ceremonia de san pedro. Quizá entendía de otra manera que me acercara más a él, a sus puntos de vista por lo menos. Pero la pasé remal. Primero porque no mezclo tragos y allí se ofrecieron tres medicinas distintas. San pedro, ayahuasca y hongos. Demasiado respeto les tengo. Acepté solo el san pedrito y ya mi sensibilidad estaba a full. Después vino lo feo y desde entonces prometí no volver a a asistir a ninguna ceremonia más, para no sufrir el duelo de vida o muerte como el que vivencié. Es que me encontré con una bruja que buscaba poder y protagonismo a costa de lo que fuese. Se ensañó conmigo y me provocó un dolor de cabeza extremo. Estaba furiosa porque no acepté tomar las demás medicinas. Más se enfureció cuando en la etapa del "tabaco de poder" critiqué sobre la distribución de cocacola al final de ceremonias como aquella (lo cual había presenciado en varias ocasiones). Era una gringa rubia, altota, de rostro agradable, aunque tensionado, de unos treinta años. Un buen amigo, también presente en esa ocasión, me reveló que la mujer, en efecto, era conocida como una bruja vieja que conservaba su apariencia juvenil gracias a apoderarse de la energía de muchos chamanes que ella tenía como amantes. No paraba de lanzarme dardo tras dardo. Hacia mí llegaban energías distorsionadas que pretendían confundirme. El propio espíritu del san pedro me lo estaba revelando. Del otro lado, sentía que había algo de voracidad, por parte del chamán mayor, al pretender quitarme el hilo de luz violeta que rodea mi aura. Quien lea esto y piense que era producto de la voladera, se equivoca. Las consecuencias en mi organismo no se hicieron esperar. Por la mañana, después de comer los alimentos "consagrados" al Gran Espíritu, vomité hasta mi apellido. Pobre tipa. Se notaba a leguas que andaba atrás del chamán y que se remordía de rabia a causa de mi hilo violeta."

¿Qué tal les ha parecido este fragmento? ¿Tienen alguna opinión que les gustaría compartir? Por favor, si es así, no duden en escribirnos. Y si están pensando adquirir el libro Una Bruja en Bikini (2022), de María Eugenia Paz y Miño, gustosos estamos de facilitarles por interno su contacto. Esta novela tiene (además del citado) otros aspectos muy interesantes, como pasajes sobre la vida de los curanderos o yachaks andinos, las costumbres de “la élite cultural ecuatoriana”, y, por supuesto, exuberantes referencias al calendario maya galáctico, que le va poniendo su tono y el avance en espiral a la trama.

¡Un abrazo! ¡Estamos muy agradecidos de que puedan leernos!